Kontakt     Hauptseite     zurück

Educación: Manual de psicología familiar

Hijos responsables - padres responsables. Cómo fomentar en sus hijos esta grandiosa virtud desde muy pequeños

Edición CHIRRE: Manual de Psicología Familiar.
                  Hijos responsables  CHIRRE, Logo

Presentación por Michael Palomino (2009)

Teilen:

Facebook





de: Corporación editora Chirre S.A., Lima, Jr. Miguel Zamora 148, [distrito de Lima, Lima], Tel. [01]-332-8342, Telefax: [01]-424-7323. Sucursales: Jr. Azángaro 726, [Lima], Tel. [01]-426-5215 - Lima [Peru]; E-mail: corchirre@hotmail.com

Comentario
La edición Chirre presenta en un cuaderno pequeño informaciones básicas importantes sobre la educación y sobre los modelos, los padres. La manipulación de los niños por plata fue eliminado porque demasiado plata mata la fantasía en una familia.

Michael Palomino (2009)


Hijos responsables

Ser padres en estos años, con la grave crisis moral y económica que azota a nuestra sociedad, resulta realmente algo atemorizante. Y ello se debe principalmente a que sabemos que nuestros hijos se verán expuestos a riesgos de diversa índole, para los cuales quizás no estén preparados.Por eso nuestra mayor preocupación al convertirnos en padres es tratar de PROTEGER a nuestros hijos y tratar de hacerlo de muchas formas. Pero sin embargo sabemos que, hagamos lo que hagamos, la mejor manera de darles protección real y duradera es enseñándoles a SER RESPONSABLES. Mientras son preescolares y están bajo nuestro exclusivo cuidado todo es más fácil. Pero cuando entran a la escuela e inician el proceso irreversible de alejarse de nuestra influencia y de nuestro control, su destino dependerá cada vez más de la influencia ajena y sobre todo, de la influencia que ellos logren ejercer sobre si mismos. De allí la importancia de esta pequeña obra entregada por Corporación Editora Chirre, que pretende darle a usted como a los demás padres, las pautas y los instrumentos necesarios para inculcar en sus niños la responsabilidad. Esa responsabilidad que permitirá que sean mejores ciudadanos, mejores personas y aun unos mejores padres, cuando les toque el turno. (p. 3)

¿Que queremos lograr con nuestros hijos?

Para lograr lo que nos proponemos, debemos olvidar la improvisación y empezar una crianza ensada con anticipación, partiendo de objetivos y metas específicas. Debemos tener muy claras y precisas las ideas sobre ¿qué quiero lograr con mis niños?. Sólo así podremos "actuar más" en la dirección que nos hemos propuesto.

Tener RESPONSABILIDAD significa ser capaces de afrontar nuestras obligaciones ante la familia, ante nosotros mismos y ante la sociedad. Sólo una persona responsable llegará a lograr la madurez necesaria para abrirse campo en la vida con éxito.

La mejor manera de que los niños aprendan a tener responsabilidad es siguiendo una secuencia u orden: primero aprenderán la Obediencia, luego aprenderán a cuidar el efecto que sus acciones y actitudes tienen sobre otros, después esto se convertirá en disciplina y finalmente aprenderá a ser responsable ante otros con acciones de servicio, realizadas por libre decisión.

Todo este trabajo de aprendizaje lo harán los niños desde los 6 ó menos años hasta los 12 años aproximadamente.

Si no sembramos RESPONSABILIDAD ahora, ¿qué podemos esperar de la sociedad futura con hombres y mujeres irresponsables? Es aterrador imaginarlo.

La responsabilidad debe ser una enseñanza constante

Se sugiere dedicar los esfuerzos a determinado tipo de responsabilidad por cada mes. Por ejemplo empezar por la responsabilidad por la obediencia, luego seguir al otro mes con la responsabilidad por las cosas, al tercer mes con la responsabilidad del trabajo y así sucesivamente. Pero los aprendizajes deben ser acumulativos, esto es, ir reforzando lo ya aprendido en el mes o meses anteriores.

Después de seguir el programa un año entero, volver a comenzar, pues los niños ya tendrán un año más de vida y por tanto,más capacidad para desarrollar las responsabilidades más a fondo.

Advertencia: no dejarse abrumar, la tarea es ardua, pero dedíquense a una sola cosa por mes. Al concentrarse en una sola cosa, empezarán a reforzarla y aplicarla casi sin darse cuenta. ¡Suerte! (p. 4)

Principios importantes

Para tener éxito en esta gran obra de enseñar responsabilidad, debemos tener presentes, estos principios importantes:

1. NO hay dos niños iguales: cada uno necesita motivaciones diferentes.

2. Los niños hacen lo que realmente esperamos de ellos.

3. El mejor maestro es el ejemplo: empecemos por cambiar nosotros mismos.

4. La constancia es indispensable: seamos constantes y firmes por mucho que nos cueste.

5. Seamos auténticos: enseñemos responsabilidad no para manipular al niño sino por su propio bienestar.

6. La responsabilidad se sostiene en la fuerza del amor propio: el niño que se estima y siente orgullo de sí mismo, de sus cosas y de su trabajo, aprenderá mejor la responsabilidad.  (S. 4)

Responsabilidad ante los padres

Esta es la primera responsabilidad que un niño puede y debe adquirir. Ante nosotros sus padres. Y lo logrará por la OBEDIENCIA porque son nuestros hijos, por LAS COSAS que tienen y por los QUEHACERES HOGAREÑOS pues son miembros de una familia.

Son tres responsabilidades que se refuerzan y se alimentan mutuamente. Son nuestros hijos, por LAS COSAS que tienen y por los QUEHACERES HOGAREÑOS pues son miembros de una familia.

1. Responsabilidad por la obediencia

La obediencia es la base de toda responsabilidad. Sin ella no se logrará ninguna otra forma de responsabilidad.

Quien enseña a sus hijos a obedecer les abre canales para la enseñanza de todo lo demás. Ayudemos a nuestros hijos a entender que la obediencia es algo conveniente y deseable, una vía hacia la felicidad y la responsabilidad.

Quien enseña a sus hijos a obedecer les abre canales para la enseñanza de todo lo demás. Ayudemos a nuestros hijos a entender que la obediencia es algo conveniente y deseable, una vía hacia la felicidad y la responsabilidad.

Es preciso que el niño entienda estas dos claves:

-- Que el mundo tiene leyes y la familia también sus leyes que todos debemos obedecer para que haya orden y progreso.

-- Que los padres tienen la responsabilidad de hacer felices y buenos a sus hijos y que por eso deciden cosas que los niños deben obedecer. Lo importante es ayudarles a entender POR QUE deben obedecer y lograr un fundamento de obediencia que estructure su RESPONSABILIDAD por el resto de su vida.

Advertencia

No se crea que con todo esto los niños se convertirán en angelitos obedientes de la noche a la mañana. Será necesario hacer una labor de seguimiento constante y serán necesarias varias reuniones familiares antes de que el niño empiece a coger el hábito de la obediencia familiar. Los padres deberán ser perseverantes, porque si bajan la guardia y flaquean en su labor, los niños se darán cuenta porque son muy perspicaces y aflojarán en su obediencia. Recuérdese que los niños sólo harán lo que exactamente esperamos de ellos.

2. Responsabilidad por las cosas

Es importante que el niño aprenda a simplificar, organizar y ser responsable de sus cosas. Para ello deberán primero sentirse dueños de sus pertenencias, haber trabajado para conseguirlas con su esfuerzo y así valorarlas. Y luego aprender el gusto y la conveniencia de cuidarlas y tenerlas ordenadas.

3. Responsabilidad por el trabajo

Todo niño necesita tiempo para jugar y sentirse libre de responsabilidades. Pero en muchas familias, lo que sucede es lo contrario: Los niños juegan todo el tiempo, no trabajan nunca y esto los vuelve irresponsables.

Los niños que nunca aprenden a trabajar no solamente dejan de convertirse en adultos útiles sino que se privan de una de las satisfacciones básicas de la vida. Por eso es conveniente que los niños adquieran responsabilidad por el trabajo.

Los niños deben aprender que: (p.5)

-- Todos somos responsables de la casa porque todos vivimos en ella y somos parte de una familia.

-- Las tareas de la casa deben repartirse previo acuerdo entre todos los miembros de la familia.

-- Los niños necesitan aprender que el trabajo se hace guste o no guste. Que es necesario cumplir hasta el fin y no dejar las cosas a medias.

La responsabilidad por el trabajo se les puede enseñar a los niños en cualquier circunstancia. Deben criarse felices pero entendiendo y apreciando el valor del trabajo.

En primer lugar hay que inculcarles la idea de que el trabajo puede ser divertido y que el sentimiento de realización que produce es motivo siempre de agrado.

En segundo lugar, los niños deben conocer cuál es el panorama de trabajo que tienen en casa y deben sentirse honrados de participar. Con palabras sencillas comuníquenles las siguientes ideas:

-- Las tareas son importantes porque haciéndolas bien nuestra casa será un buen hogar.

-- Cuando los niños son bebés, no tienen edad para ayudar. Pero a medida que crecen se vuelven lo bastante inteligentes y fuertes para empezar las suyas.

-- Hay cuatro claves para éxito:

A. Que sea sencillo. Lo mejor es que cada niño tenga uno o dos trabajos cotidianos básicos y uno o dos semanales. Si no los recuerdan, no los cumplirán.

B. Asegúrense de que cada niño sepa exactamente cómo cumplir su trabajo. Hay que hacerlo con él varias veces, mostrándole los detalles y enseñándole a hacerlo bien y a derivar gusto de una labor bien hecha. El niño no lo hará sino cree que puede hacerlo.

C. Vigilar. Cerciórese de que cada niño cumpla todas sus tareas cada día y cada semana. Se necesitan uno o dos meses para desarrollar un hábito, y cada vez que el chico incumpla su deber, el proceso de acostumbrarlo retrocede casi a cero. Si piensan que ustedes no están vigilando su cumplimiento, no cumplirá.

D. Que sea visible. Preparen un diagrama donde aparezca  el nombre del niño y su trabajo, y pongan una señal cada vez que se cumpla. Si el niño no tiene refuerzo así, no hará su trabajo. (p. 6)

[El trabajo para niños lo más tradicional no es limpiar, pero ayudar en la cocina. Niños tienen vacilaciones mentales y no pueden siempre trabajar lo mismo. Hay niños con más o menos vacilaciones mentales, con más o menos disciplina. Así no se puede aplicar el principio de trabajo estricto para todos niños. Además cuando la mama solo está trabajando en la casa pero los niños atienden la escuela, los niños van preguntarse por qué la mama no hace trabajos de la casa. Sistemas de pago con dinero para trabajos de niños no son buenos porque al fin el niño solo piensa en dimensiones monetarias. Hay otras posibilidades para gratificar los niños con regalos para buen trabajo en casa. Demasiado disciplina destruye la fantasía de los niños].

Consejos para los padres [responsabilidades para niños de 3 y 4 años - responsabilidades afuera desde 5 años]

Como padres en la sociedad moderna, no siempre comprendemos el beneficio del trabajo para nuestros niños. Pensamos que les hacemos un gran favor al hacer cosas por ellos. Pensamos que son demasiado pequeños para asumir responsabilidades o bien demasiado grandes para que se molesten con pequeñas tareas.

Los niños de tres y cuatro años necesitan sentirse responsables. Les encanta la responsabilidad y les satisface enormemente hacer las cosas si se les enseña. [Las responsabilidades tienen que ser adaptadas para los niños].

Cuando los niños van creciendo, solemos creer que tienen tantas responsabilidades fuera del hogar (tareas escolares, clases de ballet, de inglés, etc.), que no les queda tiempo para cumplir tareas del hogar. Tenemos la propensión a pensar: "Mejor yo cocino, lavo la vajilla y arreglo el dormitorio para que ellos puedan hacer las cosas importantes." A la larga eso es un error.

Los niños deben comprender que mamá también tiene muchas responsabilidades. Deben entender que ella también tiene sus cosas que le gusta hacer para progresar ella. Cuando hay quehaceres rutinarios todos deben compartir responsabilidades.

Responsabilidad ante si mismo

1. Responsabilidad por las decisiones

"¡Si pudiéramos decidir por ellos!". Solemos decir pensando en nuestros hijos. Mas non podemos. A la larga, todo lo que podemos hacer (y es mucho), es enseñarles a decidir por si mismos.

Una de las ironías de la vida es que las decisiones más cruciales se nos vienen encima antes de que tengamos la sabiduría necesaria para tomarlas. Antes de haber cumplido la tercera parte de nuestra vida, ya hemos tenido que tomar algunas de las decisiones más importantes y más trascendentables en nuestra vida: el matrimonio, la carrera, la ocupación, el lugar de residencia, etc. Además de las constantes decisiones, todavía más importantes, referentes a valores morales, estilo de vida y prioridades.

Los niños que se dan cuenta de la relación que existe entre lo que deciden ahora y lo que ellos serán más tarde, y que empiezan a sentirse responsables de lo que deciden, tienen mayor probabilidad de tomar decisiones prudentes y maduras, que sirven de fundamento para una vida feliz. Medios para ayudar a los pequeños a definir "decisiones":

a) ¿Qué es una decisión? Es cuando uno elige o decide por sí mismo la cosa que desea o lo que quiere ser. Debemos estimular a los niños preguntándoles: ¿Decidiste lo que te pondrías hoy? ¿Eligiste dónde te sentarías? ¿Decidiste anoche si verías televisión o jugarías con tus juguetes? ¿Te gusta tomar decisiones?

b) Use títeres. Mediante este recurso se puede lograr mayor efectividad para ayudar, con los argumentos debidos, a los niños a distinguir entre decisiones regidas por leyes o normas y las que se toman individualmente. (p. 7)

2. Responsabilidad por el carácter [el sacrificio produce carácter]

Se ha dicho que toda persona a los cincuenta años tiene ya el rostro que se merece. Otro tanto podría decirse del carácter pero a una edad más temprana.

Alguien dijo que si sembramos un pensamiento cosechamos una acción; si sembramos una acción cosechamos un hábito, si sembramos un hábito cosechamos un carácter. Una de las cosas más interesantes de esta afirmación es la relación que hay entre el hábito y el carácter.

Sin duda, el talento natural es un factor importante del éxito; pero el verdadero carácter se desarrolla mediante el sacrificio. Todos pensamos en sacrificios que hemos hecho y que nos han ayudado a desarrollar carácter.

Muchas veces nos empeñamos en darles a los niños todo; todas las oportunidades y todas las ventajas, y olvidamos que necesitan hacer sacrificios. A veces tenemos la tentación de ayudarles a nuestros hijos a hacer sus tareas, pero debemos recordar una verdad muy sencilla; el sacrificio produce carácter.

Existen varias maneras de desarrollar el amor propio en los niños pequeños. Para que los niños adquieran autoestimación, a fin de que sientan un sano orgullo por ser quienes son y por ser lo que son.

-- Utilizando los juegos. Los padres deben hacer que los niños utilicen sus juegos naturales para que, por ejemplo, señalar las cosas para las cuales son buenos, sus alimentos favoritos, etc.

-- Utilizando cuentos. Con personajes representativos de valores y aptitudes imitables.

-- Utilizando la discusión. Hay que hablar con los niños, explicarles que uno debe quererse a sí mismo para que los demás nos quieran.

Ayúdenles a entender que si se sienten a gusto consigo mismos, con su apariencia física y con sus capacidades, y si recuerdan que son especiales a su manera, entonces no les importará que otra persona sea capaz de hacer algo o que tenga algo que ellos no tienen, y podrán estimar a esa persona.

-- Los niños deben saber el significado de ser "único". Se les debe decir que "único" quiere decir exclusivo, que solamente hay uno. Si algo es único, no hay otra cosa exactamente igual. Que ellos son únicos y que por eso son tan especiales.

El Carácter [dejar formar el carácter del niño - el carácter de los padres como modelo]

Debemos ayudar a los niños a entender lo que es el carácter y su  importancia en la vida.

Debemos decirles que el carácter es algo que todos pueden tener, independientemente de sus aptitudes. La honestidad, la obediencia, la cortesía, etc. todas estas cosas son parte del carácter. el carácter es realmente la clase de personas que somos internamente. Ahora, si no tenemos algunas de estas cosas que forman el carácter, ¿podemos obtenerlas? ¿Cómo?. Proponiéndonos y esforzándonos por obtenerlas. ¿Hay alguien que pueda ayudarnos a conseguirlas? Sí, nuestros padres.

Se puede hacer una lista de las cosas que la familia considera que los elementos del carácter y fijarla en lugar visible durante el mes en que se concentren en la responsabilidad del carácter.

El desarrollo de la autoimagen es muy importante para inculcar en la mente de los niños la formación de un carácter fuerte y positivo. Como los niños tienen una fuerte tendencia a convertirse exactamente en la imagen que creen que sus padres tienen de ellos, este método resulta muy importante.

Hay que destacar el carácter familiar, a fin de que los niños sientan el sano orgullo de pertenecer a una familia que está colectivamente comprometida en ciertos rasgos de carácter.

Si se hace visible la lista y se habla de ella con frecuencia, empezará a surgir una especie de carácter y código de comportamiento de la familia, de lo cual los niños derivarán fuerza y sentido de compromiso para desarrollar su propio carácter.

También es necesario formarles el carácter mediante las tradiciones y la herencia. Para que los niños sientan orgullo de ser quienes son y esto genere una forma de responsabilidad personal.

Se les tiene que contar historias de los antepasados, anécdotas sobre los abuelos o los bisabuelos que hagan resaltar sus rasgos de carácter.

La mayoría de familias tiene tradiciones aunque no se den cuenta de ello. Una de ellas, son las formas en que celebran los cumpleaños, por ejemplo. A medida que los niños conocen de estas tradiciones se va creando una influencia que les moldea el carácter. esta influencia institucionaliza a la familia y les da a los niños cierta seguridad o identidad que fortalece su carácter y les ayuda a mantenerse firmes en sus creencias. (p.8)

[Todo en todo el carácter de los padres es modelo para los niños, como solucionar problemas, como equilibrar las energías en la familia etc.].

Responsabilidad ante la sociedad

Los niños deben sentirse responsables de sus actos, de sus talentos y de sus actitudes ante la sociedad. Ellos pueden aprender a reconocer la interdependencia de los hombres y en consecuencia la necesidad del respeto mutuo de los derechos.

La clave para enseñarles responsabilidad a los niños es combinar una buena dosis de amor con otra de temor. Esto produce respeto y el respeto engendra responsabilidad. Los niños serán verdaderamente responsables ante sus padres solamente cuando les amen y les teman a la vez; cuando teman su desaprobación precisamente porque los aman.

Los niños se harán responsables ante sí mismos únicamente en la medida en que se amen y se teman a sí mismos; que teman que su poder de hacerle daño a otros, y teman desperdiciar sus oportunidades y su potencial.

Igualmente, los niños se hacen responsables ante la sociedad cuando, por una parte, aprenden a amar al prójimo y, por otra, a temer a las sanciones que acarrea quebrantar las leyes de la sociedad, lo mismo que el mal que pueden producir ellos si no se controlan sus acciones, sus talentos y sus aptitudes.

[Todo en todo es difícil a enseñar la responsabilidad ante la sociedad cuando los gobiernos corruptos no muestran ninguna responsabilidad pero solo roban o regalan las minas de su país a los extranjeros].

1. Responsabilidad por las acciones [oportunidades para formar su personalidad]

Los niños deben aprender a respetar los derechos de los demás para hacerse responsables de sus actos, sin temor ni remordimientos.

[Modelo tienen que ser los derechos humanos. Esos derechos humanos tienen que ser aplicado también por los padres a sus niños].

Siempre debe haber una oportunidad.

Ante un hecho perjudicial provocado por su hijo, siempre será mucho mejor darle la oportunidad de arreglar las cosas, para que aprenda que enmendar un mal es mucho más difícil que producirlo. Debe arrepentirse de lo que hizo y sobre todo aprender a pedir disculpas.

Cuando alguien quebranta una ley o hace algo malo, tiene que haber un castigo a menos que la persona presente disculpas y trate de arreglar las cosas. Si la persona está verdaderamente arrepentida y si hace todo lo posible por enmendar su error y por no volverlo a cometer, a veces se les puede perdonar sin castigo.

El niño debe entender que la responsabilidad de sus actos no les corresponde a sus padres sino a él mismo. Sus padres están allí solamente para ayudarle.

Nuestro reto es enseñarle a los niños a vencer los hábitos y las acciones que causan problemas, enseñarles a controlar su ira y a manejar el éxito y el fracaso. Una vez que adquieran estas destrezas tenemos que dejar que asuman la responsabilidad de solucionar los problemas causados por sus acciones. Los padres tienen la propensión a imponer soluciones arbitrariamente y sin consultar. Pero cuando los niños deciden por sí mismos cómo desean actuar, los resultados son milagrosos. (p. 9)

2. Responsabilidad por los talentos y aptitudes [el modelo de responsabilidad de los padres - y dejar desarrollar el alma y talento del niño]

Todos los seres humanos nacen con talentos y aptitudes particulares y corresponde a sus padres ayudarlos a descubrir, tanto los que fueran evidentes como los que no lo fueran y hacerles comprender su responsabilidad de aprovecharlos y desarrollarlos.

Para ellos los padres deben seguir la siguiente pauta:

a. Analizar las capacidades físicas,mentales, emocionales y sociales de su hijo. Los dos padres deben ayudarse a descubrir las aptitudes del hijo así como sus limitaciones.

b. El niño debe aprender a apreciar las obras de la naturaleza. Los padres deben reforzarle su capacidad de observación natural y su sensibilidad a la belleza. Para lograr esto, los niños deben estar en contacto con el campo, las veces que se pueda.

c. Los niños deben apreciar sus cuerpos y ejercitarlos para que funcionen mejor. Los padres deben marcar metas que los niños puedan vencer con cierto esfuerzo. Los niños deben aprender que el cuerpo se hace más fuerte y sano con el ejercicio, y a medida que los músculos aumentan.

d. Las cosas se prestan. Esto se hace para incentivar en los niños la responsabilidad, estableciendo previamente que lo que se le entrega es ajeno, pero que si él lo cuida, luego podrá ser suyo. Díganles que así es como funciona el mundo. La Tierra y nuestros talentos están allí para que los aprovechemos y si no cuidamos de ellos podremos perderlos. En cambio, si procuramos cuidar la Tierra y desarrollar nuestras aptitudes, podremos disfrutarlas toda la vida.

e. Ampliación de horizontes. Los niños deben aprender que en la vida hay muchísimos aspectos interesantes, y que ellos tienen la facultad de explorar y descubrir sus propios talentos e intereses.

Tanto los niños como los adultos suelen desperdiciar el tiempo de oro que hay entre la cena y la hora de dormir. Es demasiado tiempo el que dedican a la televisión y muy poco a conversaciones constructivas o experiencias o actividades que enseñan algo. Una manera de aprovechar este tiempo es implantar la costumbre de que los niños se acuesten una hora antes para que puedan leer libros que les proporcionan algo provechoso. Esto funcionará sólo si los padres se dan el trabajo de esforzarse por encontrar material de lectura realmente interesante para los niños. Si dejamos que ellos nos ayuden a buscar, tendremos la ventaja de ver qué les gusta y qué no. (p. 12)

Responsabilidad + servicio = responsabilidad ante los demás

Cuando la responsabilidad se asocia con el servicio, asume cualidades más altas aún. Sentirse responsable ante los padres y ante figuras de autoridad, y más tarde ante sí, es obediencia y madurez. Pero sentirse responsable ante los demás es amor; es la responsabilidad en su forma más pura y en su dimensión más alta.

Responsabilidad por niños menores

El momento en que los niños mayores empiezan a ser parte de la solución y no parte del problema, es el momento en que las familias pasan a una esfera de mayor tranquilidad y orden.

La meta de los buenos padres es convertir a sus hijos en buenos padres también.

Responsabilidad de adultos. Alrededor de los 8 años, la mayoría de los niños sienten fuertes deseos de que los traten como adultos, y aunque probablemente no lo admitan, quieren tener responsabilidades de adulto. Una de las maneras más claras y notorias de separarlos de los pequeños es que se responsabilicen de algunos aspectos del cuidado de los menores.

Al formar a nuestros hijos mayores como maestros de los menores, logramos tres cosas:

-- Aliviamos nuestra carga.

-- Les permitimos a los pequeños aprender más de lo que nosotros podríamos enseñarles.

-- Les proporcionamos a los mayores la máxima capacidad de aprendizaje al darles la oportunidad de aprender enseñando.

a. Los niños deben ayudar a vestir a sus hermanos menores. Un niño de cuatro años, capaz de vestirse solo también puede ayudarle a uno de dos. Con derroche de elogios como su recompensa, los niños gozan ofreciendo y prestando esta ayuda.

b. En las familias grandes hay que hacer que los niños formen parejas que deben permanecer sin separarse mientras estén en lugares públicos. Si la familia es de menor tamaño, a un niño de más edad se le puede asignar el cuidado de un niño pequeño. En ambos casos, la clave es poner énfasis en la responsabilidad que tiene el niño de más edad en la pareja y elogiarlo generosamente al final de su buen cumplimiento.

c. Los niños deben tener oportunidad de enseñar, para que desarrolle en su capacidad de maestros y para que sientan que pueden orientar a sus hermanos y hermanas menores e influir en ellas.

d. Los servicios deben ser remunerados, para que los niños sientan y acepten el mismo tipo de responsabilidad que han visto en sus cuidadores.

La mayoría de los niños han visto la responsabilidad de sus cuidadores. Estos reciben instrucciones de los padres y tienen autoridad. Son personas importantes. Decirle a un niño de nueve años de edad que ya tiene edad para cuidar a los pequeños es algo que los llena de emoción.

En ese caso, se le debe dar al niño instrucciones claras y precisas. Tan pronto como regresen los padres, deben darle al niño una pequeña suma por las horas utilizadas en la labor, acompañada de abundantes elogios. (p. 13)

Esta experiencia en que el niño se siente totalmente responsable de los menores, es algo que incrementará su sentido de responsabilidad hacia ellos.

e. Se debe acudir a los juegos y discusiones para que los mayorcitos vean cómo lo que ellos hacen influye en el comportamiento de sus hermanitos.

f. Los padres deben cambiar de actitud en el tratamiento de los hijos mayores. Cuando se dirijan a los hijos que han recibido alguna responsabilidad por los demás, los padres deben cambiar su tratamiento en forma notoria y hablarles como si fueran adultos; a velocidad normal, en tono normal y con las expresiones normales. La diferencia suele ser bastante evidente, y los niños responden.

g. Entrenamiento para ser padres, para que el niño acepte mayor responsabilidad por sus hermanitos. Siendo nosotros los padres, una de las mejores cosas que podemos decirles a nuestros hijos es que algún día ellos serán buenos padres.

h. Obviamente, existe el riesgo de que exageremos poniéndoles a nuestros hijos demasiadas responsabilidades en los hombros. A veces el mayor recibe demasiadas responsabilidades y los demás muy poca.

Para que los niños se sientan responsables de un menor por un período más largo, es conveniente nombrarlos como "Tutores". Nunca nos damos cuenta en qué medida los niños asimilan nuestras enseñanzas hasta que ellos las repiten.

Ha llegado la hora de empezar a ser responsables [para los padres!!]

A los 5 años tu hijo se encuentra en una edad en la que ya debe tener responsabilidades. Conseguirás que las asuma si acompañas tus actitudes tiernas y cariñosas con cierta dosis de firmeza y autoridad.

A esa edad, los niños no tienen conciencia del caos que dejan a veces a su alrededor; por eso, ni siquiera se les ocurre recoger lo que han utilizado. A no ser que se lo recordemos nosotros. Si quieres que tu hijo sea responsable, empieza por enseñarle a ser ordenado. Arreglar su habitación es el primer paso. Si le das la oportunidad, puede hacerlo casi todo: desde ordenar el armario e intentar hacer su cama, hasta guardar los juguetes y doblar su ropa, siempre y cuando no le exijas perfección. Si lo hace mal no lo critiques, ni te burles, ni mucho menos lo castigues. Si le das una palmadita en la espalda o te muestras cariñosa y paciente con él, seguro que la próxima vez lo hará como es debido, mientras que si tomas una postura más dura, se sentirá angustiado y se mostrará reacio a aprender lo que pretendes.

Lo importante es que le hagas ver que tiene ciertas obligaciones que cumplir, que no son una imposición tuya, sino deberes que una vez realizados le reportarán placer porque tú lo felicitarás y él se sentirá más a gusto consigo mismo, satisfecho.

Si le exiges demasiado, se pondrá nervioso, hará las cosas con temor y se convertirá en un niño inseguro. (p. 14)


Autoestima: El mejor regalo que usted puede hacerle a sus hijos

Si Usted le enseña a su hijo lo que vale como persona, entonces el tendrá la fortaleza interior suficiente para superar todos los problemas que se le presenten

Si usted le enseña a su hijo lo que vale como persona, entonces él tendrá la fortaleza interior para superar todos los problemas que se le presenten.

Todo niño es apreciable y se le debe reconocer su derecho al respeto y a la dignidad personal. Pero ¿cómo podremos, en nuestra condición de padres de familia, forjar un ego fuerte y un espíritu indomable en nuestros hijos, a pesar de las fuerzas sociales predominantes? Nosotros le enseñamos a continuación algunas estrategias con las cuales podrá infundir confianza y conciencia de la valía personal, aún en aquellos niños cuyos compañeros los hacen de menos:

Estrategia 1: Analicemos nuestros propios valores

¿Nos sentimos secretamente defraudados porque nuestro hijo es común y corriente? ¿Lo consideramos estúpido?

Buena parte del concepto que de sí mismo se forma el niño es producto de la idea que tiene él de cómo lo juzgamos, y llega incluso a interpretar correctamente nuestras actitudes silenciosas. Si está convencido de que sus padres lo quieren y lo respetan, tiende a reconocer lo que vale como persona. (p. 10)

Los padres deben tener cuidado con lo que dicen en presencia de sus hijos, especialmente si son cosas malas. Los padres deben también darse tiempo para hacer conocer a sus hijos las buenas lecturas, jugar con ellos, escuchar con atención el episodio en que uno de ellos se raspó la rodilla, charlar sobre las travesuras de su mascota. Estas actitudes son los materiales que forman la estimación.

Estrategia 2: Enseñemos a los hijos a "no hacerse menos"

Cosa de la característica de la persona que se siente inferior es que suele hablar de sus deficiencias con todo el que esté dispuesto a oírle. Mientras parlotea de sus ineptitudes, el que escucha se va formando una impresión. Más adelante habrá de tratar a esa persona según las pruebas que el ha proporcionado. Si uno expresa con palabras sus sentimientos, aquellas acaban por solidificarse en la mente y convertirse en realidad. Por tanto, debemos enseñar a los hijos a que no se hagan menos. La autocrítica constante puede transformarse en hábito derrotista.

Estrategia 3: Ayudemos a los hijos a compensar

Nuestra misión de padres de familia consiste en servir a nuestros hijos como confidentes y aliados suyos, y alentarlos cuando se muestren descorazonados, intervenir menos cuando las amenazas resulten abrumadoras y proporcionarles los medios para superar los obstáculos.

Uno de tales medios es la compensación. El individuo compensa sus debilidades explotando sus puntos fuertes. A los padres nos toca ayudar a nuestros hijos a descubrir cuáles son sus puntos fuertes. Quizá un niño pueda conquistarse un sitio en el campo de la música; acaso sea capaz de construir modelos de aviones, criar conejos o destacar en el fútbol. Nada hay más arriesgado que permitir que un niño inicie la adolescencia desprovisto de alguna habilidad, de un conocimiento especial, de todo medio de compensación. Al llegar a esa edad, deberá hallarse en condiciones de decir:

"Tal vez no sea yo el alumno más popular de la escuela, ¡pero soy el mejor trompetista de la banda!"

Se recomienda a los padres de familia a que analicen los puntos fuertes de cada uno de sus hijos y determinen luego cuál de sus aptitudes es la que mejor oportunidad le daré de alcanzar el éxito. Nunca permitamos que la inercia nos impida impulsar a nuestros hijos a que cultiven alguna aptitud. (p. 11)

Estrategia 4: Ayudemos a los hijos a competir

El padre de familia que se opone a la importancia que se da a la belleza, al vigor físico y a la inteligencia, sabe muy bien que su hijo se ve forzado a competir en un mundo que venera tales atributos. De esta manera, usted debe sentirse obligado a ayudar a su hijo a competir lo mejor que pueda en el mundo que le rodea. Si tiene torcida la dentadura, verá que se le enderecen, lo jalan en la escuela, deberá buscarle un profesor particular. Su hijo y usted son aliados en la lucha diaria por sobrevivir.

Pero a la vez que lo ayuda a competir, también lo instruye en los verdaderos principios de la vida: el amor por la humanidad, la integridad, la autenticidad y la devoción a Dios [resp. al Grande Espíritu que cree todo].

Estrategia 5: Disciplina y respeto

¿el castigo y en particular una zurra quebranta el temple de un niño? La respuesta a esta pregunta depende de la actitud y la intención de los padres. Una zurra como reacción a un obstinado desafío del niño es un medio apropiado, pero creer en el castigo corporal no es excusa para desahogar nuestra frustraciones en el pequeño, ni nos da licencia para castigarlo delante de otras personas ni a tratarlo irrespetuosamente.

Sin embargo, resulta importante reconocer que prescindir por completo de toda disciplina es un modo de menoscabar la autoestima. Los padres son símbolos del orden y la justicia, y el niño se preguntará por qué sus progenitores, si en verdad lo quieren, le permiten salirse con la suya al cometer una mala acción.

Estrategia 6: Atendamos a sus estudios

Los padres deberán asegurarse de que su hijo haya aprendido a leer al terminar el segundo año escolar. Hay que tener en cuenta que se han arruinado muchas autoestimas a causa de problemas de lectura más que por cualquier otro aspecto de la vida escolar. La ayuda de un profesor particular puede sacar adelante al niño que se vea en situación apurada. A veces, un cambio de escuela (o de maestro en la misma escuela) resultará beneficio para el chico.

El niño tardo en aprender será el que más probablemente pase por problemas en lo que hace a la autoestima. ¿Qué pueden hacer entonces los padres? Restar importancia a los logros académicos. a cualquier cosa que nuestro hijo no pueda lograr a pesar de que haga sus mejores esfuerzos, se le deberá restar importancia.

Nunca se nos ocurriría exigirle a un chico lisiado que se convierta en estrella del atletismo; no obstante, muchos padres insisten en que sus hijos de inteligencia "normal" lleguen a distinguirse en los estudios. (p.15)

Estrategia 7: Evítese la protección excesiva

La preparación para una edad adulta responsable se deriva de la educación recibida en la infancia. Al niño ha de animársele a progresar de acuerdo con un programa ordenado y en un nivel de responsabilidad apropiado a su edad. Cada año, el pequeño deberá ser capaz de tomar por si mismo más y más decisiones.

[El niño de 7 a 9 años]

Por ejemplo, a los siete años ya es apto, generalmente, para seleccionar sin ayuda la ropa que vestirá ese día. Ya deberá arreglar su cama y conservar en orden su habitación.

[Eso solo va ser posible cuando los padres también mantienen orden en su casa. Además no es grave cuando hay algunas cosas o proyectos del niño que están en el cuarto - supuesto que el niño tiene su cuarto - y supuesto que existen juguetes].

El padre excesivamente protector permite que su hijo se retrase en su programa normal.

[El niño desde 10 años]

A los diez años, al niño le resulta difícil tomar decisiones o practicar la autodisciplina. Pocos años después se iniciará trabajosamente en la adolescencia sin estar preparado para la libertad y la responsabilidad que tendrá en tal etapa de su vida.

Un buen número de estudios ha confirmado lo valioso del papel de los padres en el desarrollo de la autoestima en los niños. En uno se establecieron tres importantes características que distinguen a los niños con el más alto grado de autoestimación:

1. Gozan en casa de mayor cariño y comprensión.

2. Sus padres les fijan normas de conducta.

3. Su hogar se caracteriza por la franqueza y el espíritu democrático. Las estrategias descritas son los medios para enseñar al niño a estimar su genuina significación, sin tener en cuenta la forma de su nariz, el tamaño de sus orejas o su eficiencia mental. Todo chico [y cada chica] tiene derecho a llevar alta la cabeza, con seguridad y confianza en sí mismo. ¡Es algo que puede y debe lograrse!


Los padres deberán asegurarse de que su hijo haya aprendido al leer, al terminar el segundo año escolar. A veces, un cambio de escuela (o de maestro [o de maestra] en la misma escuela) resultará beneficio para el chico [o para la chica].

¡Los Padres son símbolos del orden y la justicia!

(p.16)


Los celos entre hermanos

-- Los padres deben intentar manejar lo mejor posible esta etapa y evitar que se produzcan los mínimos conflictos.

Es conveniente que sepan que todo requiere un tiempo de adaptación que hay que saber abordarlo con mucho cariño y paciencia.

-- Deben transmitir y hacer comprender que el cariño que tienen a sus hijos es el mismo para todos, pero que las necesidades que pueda tener cada uno son diferentes; por consiguiente, la atención y dedicación también.

Los padres deben evitar caer en el error de pensar que cada vez que hacen algo por uno de sus hijos, lo deben hacer también por los otros.

-- es muy positivo hablar de lo que sucederá cuando nazca el hermano, de los cambios que se van a producir, de los cuidados que va a requerir, de la necesidad de su ayuda y colaboración.

Cuando el hermano haya nacido se les debe hacer participar y colaborar en las tareas de cuidado, dejarles hacer lo que puedan.

-- No hacer comparaciones entre hermanos y evitar ensalzar cualidades de uno en detrimento de otro.

Los hijos deben saber y sentir que cada hermano es único, insustituible y especial, con sus defectos y virtudes. De esta forma no se generará rivalidad entre ellos.

-- Se le puede sugerir que él también le puede dar el biberón a un muñeco mientras su madre se lo da a su hermano. E caso de que el niño se ponga muy nervioso mientras su madre le da el pecho al hermano, es aconsejable pedir a alguien que lo distraiga con actividades alternativas como dar un paseo, ver un vídeo [mejor jugar otra cosa que ver un vídeo que destruye los ojos de los niños], etc.

-- Cuando nazca el hermano, el padre o la madre deben reservar unos momentos al día para estar con sus otros hijos.

Hablar y recordar cuando ellos eran pequeños,las anécdotas divertidas que ocurrieron, explicarles que ellos también tomaban el pecho, relatarles las metas y logros que iban alcanzando, cómo empezaron a caminar,a jugar con la pelota, a comer solos, etc.

[Puede ser que la misma cosa vale también para la relación entre dos hermanas].

(p.20)

Teilen:

Facebook






^