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Samaniego: 5 fabulas (03)
El león con su ejército - el ateo y el pozo - la lechera - esos gatitos - el zorro y el cuervo
de Samaniego
11. El león con su ejército
Un león distribuyó las tareas del ejercito...
... p.e. la liebre puede ser un correo ...
... y el burro puede ser un corneta.
<El león, rey de los bosques, poderoso, quiso armar un ejército famoso. Juntó sus animales al instante: empezó por cargar al elefante, un castillo con útiles, y encima rabiosos lobos que pusiesen ira;
al oso le encargó de los asaltos, mandó que al enemigo entretuviese;
a la zorra que diese ingeniosos ardides al intento.
Uno gritó:
"La liebre y el jumento, éste por tardo, aquélla por medrosa, de estorbo servirán, no de otra cosa."
- ¿De estorbo? -
dijo el rey -
Yo no lo creo; en la liebre tendremos un correo, y en el asno mis tropas un corneta.
Así quedó la armada bien completa.> ([1], p.19)
Interpretación
Cada uno tiene su tarea en su vida.
(Michael Palomino 2009)
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12. El ateo y el pozo
Un ateo (aquí: ateos tomando la fuga de un sacerdote) ...
... preguntó a un pozo por qué sea tan profundo ...
<De cierto pozo examinando el hueco, dijo un ateo, sabio sin segundo:
- ¿De qué te sirve, oh pozo, ser profundo, si estás sin agua, y por lo tanto seco?
- Con preguntar análogo respondo -
contesta el pozo -
sin hacerte agravio: ¿De qué te sirve que te llamen sabio, si Dios no ocupa de tu ciencia el fondo?> ([1], p.19)
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13. La lechera
Una lechera con su cántaro en la cabeza (aquí: una lechera de Palma de Mallorca) fue en fuertes fantasías como sea para hacer mucha plata ...
... pues cayó la lechera y perdió la leche y también sus sueños.
<Llevaba en la cabeza una lechera el cántaro al mercado...
Con aquella presteza,
aquel aire sencillo,
aquel agrado.
Que va diciendo a todos el que lo advierte:
- ¡Yo sí que estoy contenta con mi suerte!
Porque no apetecía más compañía que su pensamiento, que alegre le ofrecía inocentes ideas de contento.
Y decía entre sí de esta manera:
- Esta leche vendida, en limpio me dará tanto dinero; y con esta partida un canasto de huevos comprar quiero... para sacar cien pollos, que al estío me rodeen cantando el pío, pío. Del importe logrado de tanto pollo, mercaré un cochino; con bellota, salvado, berza, castaña, engordará sin tino, tanto, que puede ser que yo consiga ver como se le arrastra la barriga... llevarélo al mercado, sacaré de él sin duda buen dinero; compraré de contado una robusta vaca y un ternero que salte y corra toda la campiña, hasta el monte cercano a la cabaña.
Con este pensamiento enajenada, brinca de manera que a su salto violento el cántaro cayó. (p.2)
¡Pobre lechera! ¡Qué compasión! ¡Adiós leche, dinero, huevos, pollos, lechón, vaca y ternero!
¡Oh, loca fantasía qué palacio fabricas en el viento! Modera tu alegría, no sea que saltando de contenta, al contemplar dichosa tu mudanza, quiebre su cantarillo la esperanza. No seas ambiciosa de mejor o más próspera fortuna, que vivirás ansiosa, sin que pueda saciarte cosa alguna.> ([2], p.4)
Interpretación
Cuando trabajas no duermes con sueños.
(Michael Palomino 2009)
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14. Esos gatitos
Dos gatitos ...
... comieron carne en un asador ...
... y querían comer también la leña ...
<¡Qué dolor! Por un descuido Micifuz y Zapirón se comieron un capón en un asador metido...
Después de haberse lamido trataron en conferencia si obrarían con prudencia en comerse el asador.> ([2], p.6)
Interpretación
A niños solo das cosas para comer que son bien controladas - porque niños prueban todo para comer.
(Michael Palomino 2009)
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15. El zorro y el cuervo
Fue un cuervo con un queso ...
... y el zorro daba tan grandes elogios al cuervo ...
... que el cuervo cantó y perdió su queso al zorro.
<En la rama de un árbol bien ufano y contento con un queso en el pico estaba el señor Cuervo. Del olor atraído un zorro muy maestro le dijo estas palabras, a poco más o menos:
- Tenga usted buenos días, señor Cuervo, mi dueño; vaya que estáis donoso, mono, lindo en extremo; yo no gasto lisonjas y digo lo que siento; que si a tu bella traza corresponde el gorjeo, juro a la diosa Ceres siendo testigo el cielo, que tú serás el Fénix de sus vastos imperios.
Al oír un discurso tan dulce y halagüeño, de vanidad llevado quiso cantar el Cuervo. Abrió su negro pico, dejó caer el queso, y el muy astuto Zorro, después de haberle preso, le dijo:
- Señor bobo, pues sin otro alimento quedáis con alabanzas tan hinchado y repleto, digerid las lisonjas mientras digiero el queso...> ([2], p.7)
Interpretación
Verificas bien los elogios que te dan - puede ser que es una trampa.
(Michael Palomino 2009)
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